En el proyecto, una gran parte de nuestro tiempo hasta el momento se ha dedicado a los SIG y a la creación de mapas que reflejan los límites geográficos tal como existían en el siglo XVI en Mesoamérica. El trabajo de Peter Gerhard y Howard F Cline ha sido una fuente inestimable de información, proporcionando estudios detallados de la geografía histórica de Nueva España en los años posteriores a la llegada de los españoles.

Los mapas que Gerhard produjo se centraron principalmente en las fronteras administrativas impuestas por los españoles en el siglo XVI. Nosotros hemos utilizado estos mapas como punto de partida, creando capas SIG que reflejan los límites tal como los describe Gerhard:

Si bien algunas de estas unidades administrativas se construyeron sobre sistemas de gobierno indígenas preexistentes y bien establecidos, en última instancia reflejan una geografía administrativa española, dividida en diócesis, audiencias y provincias, con topónimos identificados que corresponden a alcaldías mayores y corregimientos españoles.

Por supuesto, la geografía histórica de Mesoamérica no comenzó con el establecimiento de unidades administrativas españolas, y nuestro objetivo es producir una imagen más representativa de la geografía del siglo XVI en Mesoamérica. La identificación de los topónimos históricos será clave para nuestra comprensión de las geografías indígenas e históricas, y actualmente estamos creando capas SIG que localizan estos topónimos.

El proceso para realizar ésto ha sido sencillo, pero largo, ya que solo puede ser semiautomatizado. Para ello, comenzamos con la digitalización de varios índices geográficos incluidos en las obras de Peter Gerhard, Mercedes de la Garza, René Acuña, Francisco del Paso y Troncoso y Alejandra Moreno Toscano. Estos índices contienen miles de topónimos a los que se hace referencia en las Relaciones Geográficas. Con estas listas compiladas, pasamos a hacer referencias cruzadas o unir estas tablas con los datos geográficos existentes, derivados de diversas fuentes, entre las que se incluyen fuentes históricas secundarias como INEGI y Geonames.

Por supuesto, los cambios en el tiempo y las variaciones en la escritura de los topónimos dan lugar a que la unión de estos conjuntos de datos no puede depender únicamente de que el ordenador reconozca coincidencias idénticas. Por ello, nuestra Investigadora Asociada del Reino Unido, la Dra. Raquel Liceras Garrido en colaboración con nuestra Investigadora Asociada de México, Mariana Favila-Vázquez, han encabezado la laboriosa tarea de localizar los miles de topónimos para los que no había coincidencia con los datos geográficos existentes. En esta empresa monumental, el proceso se complica aún más por el hecho de que a menudo hay numerosos nombres para el mismo lugar (¡y estos multiples nombres tienen muchas formas de escritura alternativa!). Por ejemplo, en todo el registro histórico, Ixtacamaxtitlán en actual en el estado de Puebla se conoce por diferentes nombres, tales como San Francisco Iztaquimaxtitlan, S Francisco Iztaquimaxtitlan, Istac-ymachtitlan, Estacquimestitlan, Itztaquimitztitlan o Castilblanco.

Los topónimos a menudo se repiten en toda América (y sino empecemos por aquellos llamados San Juan) y además hay numerosos casos en los que no es posible determinar la ubicación exacta de un nombre de lugar. La experiencia de nuestros colegas de México, Mariana Favila Vázquez y el Dr. Diego Jiménez-Badillo, es indispensable en la desambiguación de cientos de estos topónimos. Para los nombres de lugares que no hemos podido localizar, nuestro equipo mexicano ha realizado investigaciones históricas para asignarles coordenadas. Así, para aquellos topónimos que han logrado evadir todas nuestras investigaciones (¡por ahora!), nuestro equipo en México ha podido determinar la región en la que se encontraban.

Esta investigación también será imprescindible en nuestros experimentos llevados a cabo en colaboración con el equipo portugués sobre el reconocimiento automático de la entidad designada multilingüe y la desambiguación geográfica y lingüística de topónimos, que será la siguiente etapa de nuestra investigación.